Sistemas de partidos competitivos (Sartori)

Imagen de marcelkessler libre de derechos

Por Antón R. Castromil / Contacto

<<< Volver a Giovanni Sartori

<<< Volver a la Unidad Docente

¡Ojo! El siguiente texto puede contener extractos literales de la obra de Giovanni Sartori que se cita al final del artículo. En esta web estamos en contra de la piratería y de la citación anónima.

Dentro de los sistemas competitivos se encuentran el sistema de pluralismo polarizado, el pluralismo moderado, el bipartidismo y el sistema de partido predominante.

Pluralismo polarizado

> Visita nuestro Canal de Youtube para ver más vídeos

Los sistemas de partidos de pluralismo polarizado suelen estar formados por entorno a unos cinco o seis partidos que deben ser importantes, esto es, dejando a un lado a todos aquellos partidos que no sirvan para establecer coaliciones o pactos de investidura.

El sistema de pluralismo polarizado presenta las siguientes características:

1) Es un sistema con una presencia importante de partidos antisistema. En origen estos partidos antisistema eran partidos de corte comunista o fascista. Son partidos que ponen en tela de juicio al régimen y pretenden socavar su base de apoyo.

Son partidos cuyo objetivo no es cambiar un gobierno concreto sino el sistema de gobierno. Su oposición no es una oposición por cuestiones concretas sino una oposición por principio.

Relacionado: La ley de y hierro de los partidos (Michels) / Dilemas organizativos (Panebianco) / Cleavage y partidos (Lipset y Rokkan)

2) En los sistemas de pluralismo polarizado existen oposiciones bilaterales. Cuando la oposición es unilateral se encuentra situada toda ella a un solo lado respecto del gobierno (como en el bipartidismo), cualquiera que sea el número de estos partidos en la oposición. Estos partidos pueden sumar fuerzas y presentarse como alternativa de gobierno.

Pero en las comunidades políticas polarizadas nos encontramos, en cambio, con dos oposiciones que son mutuamente excluyentes de modo que resulta imposible que sumen sus fuerzas. De hecho suele ser habitual que los dos grupos de oposición rivales estén más cerca del partido o coalición gubernamental que el uno del otro.

3) Los sistemas de pluralismo polarizado se caracterizan por la ubicación central de un partido o grupo de partidos. El sistema es multipolar en el sentido de que su mecánica competitiva depende de un centro que debe enfrentarse tanto con la izquierda como con la derecha.

Sin embargo, la mecánica del pluralismo moderado es bipolar precisamente porque el sistema no se basa en el centro.

En el pluralismo polarizado la misma existencia de un partido o de unos partidos de centro desalienta la centralidad, esto es, los impulsos centrípetos del sistema político. Y los impulsos centrípetos son, precisamente, los impulsos moderadores.

Por este motivo el sistema de partidos de pluralismo polarizado es un tipo centrífugo que conduce a políticas inmoderadas o extremistas.

4) Si un sistema contiene oposiciones antisistema, bilaterales y desalienta la competencia centrípeta se convierte en polarizado. Es un sistema en el que el espectro de opiniones políticas se encuentra muy polarizado, muy dividido y enfrentado (Italia, Chile, Weimar).

En este tipo de sistemas lo más probable es que sus fisuras sean muy profundas, que el consenso es muy escaso y que son muchos los que ponen en duda la legitimidad del sistema.

En resumen, hay polarización cuando hay distancia ideológica entre los dos polos de la sociedad. Esta distancia, de hecho, es máxima.

La ocupación del centro político por un partido no es sólo una consecuencia, sino también una causa de polarización, pues el mismo hecho de que la zona de centro esté ocupada alimenta al sistema con impulsos centrífugos, disgregadores, y desalienta la competencia centrípeta.

tunel
Imagen de mj. bajo licencia CC

5) La quinta característica de los sistemas de pluralismo polarizado, en realidad, ha sido mencionada ahora mismo. Es la probable prevalencia de los impulsos centrífugos sobre los centrípetos.

La tendencia característica del sistema es el debilitamiento del centro, una pérdida persistente de votos en favor de uno de los extremos del sistema, o incluso de ambos.

6) El pluralismo polarizado se caracteriza también por su estructuración ideológica congénita. En el amplio espectro ideológico del sistema se encuentran partidos que no sólo están en desacuerdo sobre cuestiones políticas generales sino también sobre principios y cuestiones fundamentales.

La característica del sistema es que los partidos se combaten unos a otros con argumentos ideológicos y compiten en términos de mentalidad ideológica, es decir, con esquemas mentales doctrinales.

La misma configuración del sistema de partidos mantiene y sostiene la estructuración ideológica de la sociedad. Los partidos confesionales, marxistas y nacionalistas pueden mantener su atractivo y configurar la sociedad conforme a sus credos ideológicos.

7) En el pluralismo polarizado se observa la presencia de oposiciones irresponsables. Por una parte del partido del centro no está expuesto a la alternancia: como es el pivote y la columna vertebral de toda mayoría gubernamental posible, su destino es gobernar indefinidamente.

Por otra parte, los partidos de los extremos, los que se oponen al sistema, quedan excluidos casi por definición de la alternancia en el poder. Por eso, bajo estas condiciones, no pueden aparecer coaliciones alternativas o sea, que el péndulo vaya de y venga de un grupo a otro grupo de partidos.

En su lugar, nos encontramos con una alternancia periférica en el sentido de que el acceso al gobierno se limita únicamente a los partidos de centro izquierda y/o de centro derecha.

Dicho de otra forma: Las coaliciones alternativas presuponen un sistema en el que todos los partidos importantes están orientados hacia el gobierno y son aceptables como partidos de gobierno.

Pero, por el contrario, la alternancia periférica consiste en la presencia de partidos permanentemente gobernantes que se limitan a cambiar de compañeros entre los próximos a ellos.

Es por ello que el pluralismo polarizado carece de una oposición responsable importante y se caracteriza por una oposición irresponsable. Y ello porque una oposición será tanto más irresponsable cuantas menos probabilidades tenga de gobernar.

Ni siquiera los partidos del sistema orientados hacia el gobierno se sienten motivados a desempeñar el papel de una oposición responsable y pueden permitirse ser semirresponsables. Y los partidos antisistema, si tienen alguna motivación es la de ser irresponsables.

Por eso el sistema de pluralismo polarizado se caracteriza por una oposición semirresponsable en lo que respecta a los partidos ubicados en la periferia del centro y por una oposición decididamente irresponsable en lo que respecta a los partidos de los extremos que se oponen al sistema.

8) Política de la superoferta que consiste en que los partidos políticos en competencia tratan de conseguir apoyos mediante llamamientos y promesas cada vez mayores.

Como norma general, cuanto menor sea la inclinación ideológica menos irresponsables serán los partidos y menores las súper ofertas, mayor la consonancia entre lo que se dice que se va a hacer y lo que realmente se hace. El problema es que en el pluralismo polarizado la inclinación ideológica es muy alta.

Ejemplos: Chile (1961-1973), Francia (IV y V Repúblicas), República de Weimar (1920-1933)

pluralism
Imagen de Chris Moore bajo licencia CC

Pluralismo moderado

El sistema de partidos de pluralismo moderado limita a un lado con el bipartidismo y, hacia el otro, con el pluralismo polarizado.

Con respecto al bipartidismo, su principal rasgo diferenciador es la posibilidad de establecer gobiernos de coalición. Esta característica desprende que los partidos importantes del sistema son, por lo menos, tres.

Por lo general ningún partido alcanza la mayoría absoluta y al partido mayoritario se le suele obligar a compartir el poder. Aunque también se produce el caso de gobiernos minoritarios de un solo partido que suelen ser débiles aunque pueden ser duraderos.

La fórmula característica del modelo no es el de gobierno alterno (bipartidismo) sino el de gobierno en coalición dentro de la perspectiva de las coaliciones alternativas.

Salvo por este aspecto el sistema es muy similar al bipartidismo. La estructura del pluralismo moderado tiende a ser bipolar: En lugar de dos partidos encontramos alineaciones bipolares de coaliciones alternativas.

La competencia es centrípeta y la tendencia es hacia la política moderada.

Los sistemas de pluralismo moderado carecen de partidos antisistema importantes y/o grandes y carece también de oposiciones bilaterales. Es decir, en el pluralismo moderado todos los grandes partidos se orientan hacia el gobierno y están disponibles para entrar en coaliciones gubernamentales.

La oposición es unilateral, se encuentra toda situada de un lado del espectro ideológico, ya sea a la izquierda o a la derecha. Básicamente, pues, el pluralismo moderado no está polarizado.

Resumiendo, se trata de un sistema que:

1) Presenta una distancia ideológica relativamente pequeña entre los partidos importantes.

2) Las coaliciones se configuran siguiendo una lógica bipolar.

3) La competencia es centrípeta

La fragmentación del sistema no suele deberse a la fragmentación ideológica sino que tiene que ver con una configuración multidimensional del sistema de partidos: una sociedad segmentada, poliétnica y/o multiconfesional.

Se puede hablar aquí, por lo tanto, de un pluralismo segmentado o sistema con una pluralidad de movimientos sociales relevantes, sistemas de educación y de comunicación, asociaciones voluntarias y partidos políticos que siguen líneas divisorias distintas.

bipartidism
Imagen de dominio público de Daniel Lobo

Sistemas bipartidistas

El sistema bipartidista es el más conocido en ciencia política. Ello se debe a que es un sistema relativamente sencillo y a que los países que practican el bipartidismo son los países más importantes del mundo.

Existe un formato bipartidista siempre que la existencia de terceros partidos no impida que los partidos principales gobiernen solos, esto es, que sus apoyos no sean necesarios.

Por ello la evaluación del sistema suele hacerse en número de escaños, no de resultados electorales. La razón es que los gobiernos se forman y actúan conforme su fuerza en el parlamento.

Son sistemas que suelen emplear fórmulas mayoritarias en distritos electorales uninominales lo que tiene como efecto convertir las mayorías relativas en absolutas e incluso puede transformar en minoría parlamentaria una mayoría electoral.

Estas circunstancias revelan que lo importante en el sistema es la alternancia en el poder. La alternancia implica la expectativa más que el hecho del traspaso de gobierno.

La alternancia significa que el margen entre los dos partidos principales es lo suficientemente estrecho o que existe la expectativa de que el partido en la oposición tiene una oportunidad creíble de llegar al gobierno.

El concepto de alternancia se funde con el de competitividad.

Las condiciones que suelen operar en todo bipartidismo son:

1) Existencia de dos partidos que se encuentran en condiciones de competir por la mayoría absoluta de escaños (que no de votos)

2) Uno de los dos partidos logra, efectivamente, conseguir una mayoría parlamentaria suficiente como para gobernar en solitario

3) El partido está dispuesto a formar un gobierno monocolor

4) La alternancia a tal gobierno sigue siendo una expectativa creíble

En un sistema bipartidista los partidos competirán de forma centrípeta, moderando las divisiones y tendiendo hacia la responsabilidad.

El bipartidismo funciona cuando las diferencias de opinión sobre las cuestiones importantes en una sociedad son más bien pequeñas.

Esto no quiere decir que el bipartidismo equivalga al consenso, más bien lo crea. La mecánica competitiva del sistema abre el camino al consenso en el sentido de que tiende a minimizar los conflictos.

El ejemplo paradigmático son los Estados Unidos. Las posibilidades de conflicto en el país son enormes sin embargo no se reflejan en el sistema de partidos. El hecho de que Estados Unidos sea la única sociedad industrial que no ha producido un partido obrero se debe en gran medida a su particularidad histórica, pero también al carácter de su bipartidismo.

El bipartidismo descansa no tanto en la alternancia de hecho, sino en la expectativa de alternancia. Los partidos deben ser organismos agregadores que mantienen una gran igualdad competitiva al amalgamar tantos distintos grupos, intereses y exigencias como sea posible.

Pero ello no debe llevarnos a afirmar que el bipartidismo necesite una serie de circunstancias favorables: homogeneidad cultural o consenso sobre las cuestiones fundamentales. Bien podría ser al revés: el bipartidismo promueve y moldea, en gran medida, esas condiciones favorables.

follow
Imagen de Montse Piñol bajo licencia CC

Sistema de partido predominante

Siempre que encontramos en una comunidad política un partido que deja atrás a todos los demás, este partido es dominante en el sentido de que es considera más fuerte que los otros. La diferencia se suele cifran en unos 10 puntos porcentuales.

Es importante destacar que este sistema de partido es un sistema pluralista ya que no sólo se permiten partidos distintos al partido predominante sino que estos existen como legales y legítimos competidores del partido principal. Los partidos menores son antagonistas independientes del partido predominante.

El sistema de partido predominante es un sistema de más de un partido en el que la alternancia no ocurre en la práctica. El mismo partido resulta ganador por mayoría absoluta de escaños durante un período largo de tiempo.

La cuestión clave es si esta victoria es auténtica o se consigue mediante fraude.

Un sistema de partido predominante lo es en la medida en que un partido recibe la mayoría ganadora de los votos. De ello se deduce que este tipo de sistema de partido puede cesar en cualquier momento.

Se suele establecer un umbral de unas cuatro legislaturas de dominio de un partido para hablar de sistema de partido dominante (PSOE 1982, 1986 y 1989).

Los sistemas de partido predominante y los bipartidismos comparten un tipo particular de fragilidad: unas pequeñas diferencias en los resultados o un simple cambio en el sistema electoral pueden transformar con mucha facilidad el carácter del sistema.

El criterio importante aquí no es tanto el número de partidos del sistema sino la distribución del poder entre ellos: Un sistema de partido predominante puede ser resultado o bien de un bipartidismo previo, o bien de un sistema más fragmentado previo.

Se puede hablar, por lo tanto, del sistema de partido predominante como un bipartidismo en el que la alternancia sucede sólo después de períodos de tiempo considerables. Aunque este sistema puede originarse también a partir de cualquier sistema multipartidista.

En este sistema de partidos nos situamos “al borde” del sistema competitivo, de ahí que en alguna ocasión podamos caer en el error de hablar de un sistema unipartidista, donde no se produce competición alguna.

Pero en el sistema de partido dominante no se excluye la alternancia y el sistema político brinda oportunidades para que exista y para oponerse al partido en el poder. Lo que sucede es que, simplemente, tal alternancia no tiene lugar.

Referencias

Sartori, G. (2005 V. O. 1976): Partidos y sistemas de partidos. Madrid. Alianza

Artículos relacionados

La “ley de hierro” de los partidos (Robert Michels)

Partidos electorales y partidos de origen exterior (Maurice Duverger)

Dilemas organizativos de los partidos políticos (Angelo Panebianco)

La teoría del cleavage y el origen de los partidos (Seymour Lipset y Stein Rokkan)

Sistema electoral y partidos políticos (Dieter Nohlen)

Ambición política y buen gobierno (John Aldrich)

Partidos de cuadros, de masas y catch all

El partido cartel de Peter Mair y Richard S. Katz

<<< Volver a Giovanni Sartori

<<< Volver a la Unidad Docente