La política española vivió ayer uno de sus días más intensos. Moción de censura en Murcia de Ciudadanos y del PSOE al Partido Popular. Reacción tóxica en Madrid (convocatoria de elecciones o moción de censura…) y otra moción más en Castilla y León…
El tablero se complica. Como si se tratase de una larga fila de fichas de dominó que van tropezando unas con otras. Reacción en cadena. Ya se sabe, cuando cae la primera el movimiento se vuelve imparable.
Yo creo que se trata de una cuestión que tiene dos causas principales: la fragmentación de la derecha, por un lado, y los malos resultados de uno de los actores –Ciudadanos– en las elecciones catalanas del pasado 14 de febrero. Veámoslo.
Desde que Ciudadanos tocara techo tras las primeras las elecciones generales de 2019 (57 escaños, 15,86% de los votos) todo han sido malas noticias para la formación naranja.
Solo unos meses después, en noviembre, el partido pierde el 82% de sus votos (se evaporan 47 diputados) y se ve obligado a un relevo en su cúpula. Cae Albert Rivera y llega Inés Arrimadas.
Pero el cambio de cromos no parece funcionar. La sangría continúa. Sobre todo, porque Ciudadanos es un partido nacido a partir de dos ejes estratégicos: la figura carismática de Rivera y su implantación en Cataluña.
Ambas saltan por los aires. Booooom.
Rivera se va tras las elecciones de noviembre de 2019. Y el pasado día de los enamorados el partido se vuelve irrelevante en su feudo catalán. Donde había sido, no lo olvidemos, el principal partido de la oposición “constitucionalista”.
Estas circunstancias parecen hacer buena la descripción ya clásica del sistema de partidos español de McDonough, Barnes y López Pina (1998): “partidos volátiles, electores estables”.
El espacio disponible que deja Cs inicia una competición salvaje dentro de la derecha. La lucha no hubiese existido de no haber sido por la incorporación de nuevas siglas a la sopa de letras: VOX.
En condiciones normales –tal y como sucedió en 1982 tras el desmembramiento de la Unión del Centro Democrático (UCD)– el receptor de esos votantes díscolos hubiese sido el PP. De hecho, de forma progresiva, así sucedió: hacia Alianza Popular en 1986 y hacia el actual Partido Popular a partir de 1989.
Pero ahora la cosa se complica. Los ex votantes de Cs disponen de más opciones en su desbandada. Si se les antoja quedarse en el espacio ideológico de la derecha pueden abrazar a Pablo Casado o ponerle los cuernos yéndose a la ultraderecha.
Todo este rollo para que entendáis lo que ha sucedido.
Ciudadanos tenía que hacer algo. Sí o sí. Y hacerlo ya. Consciente de que su momento político está llegando a su fin. Para tapar algunas vías de agua, Inés Arrimadas decidió virar el timón de un barco a la deriva. Acercamiento, con matices, al PSOE (o alejamiento, también con matices, del PP que lo mismo es).
¡Qué lejos quedan ya las “líneas rojas” de Rivera”! Es lo que tiene la turbo política.
Pero no ha sido un cambio de rumbo total. Cs rompe con el PP de forma directa en Murcia y forzada en Madrid. Pero sigue a su lado, a día de hoy (11/03/2021), en Andalucía y, parece que también, en el gobierno de Castilla y León.
Malabarismos políticos que, parece evidente, no han convencido al PP de Madrid.
Ayuso entra en escena
La decisión de presentar una moción de censura en Murcia con los socialistas por motivos de corrupción ha prendido los petardos. ¡Parapán pan pan!
Isabel Díaz Ayuso, que puede ser calificada de muchas formas menos de tonta, se olió inmediatamente la jugada.
Y reaccionó al más puro estilo Esperanza Aguirre: Cese inmediato de los consejeros de Cs de su gobierno (con el vicepresidente Ignacio Aguado a la cabeza) y convocatoria de elecciones autonómicas para el mes mayo.
De esta forma, fijáos:
1) Se asegura que Cs no haga en Madrid lo mismo que en Murcia.
2) Se agarra al poder algunas semanas más, a la espera de acontecimientos.
3) Da la puntilla a Cs, que tendrá que justificar ante el electorado su acercamiento al PSOE (si al final hay elecciones, claro).
4) Descoloca a la oposición de izquierdas: Por un lado, a Más Madrid y Podemos que tendrán que convivir en un hipotético gobierno de coalición no solo ya con el PSOE, sino también con lo que quede de Cs. ¡Con la alergia que se tienen!
5) Por otro lado, obliga a los socialistas, casi seguro, a mantener al soso Ángel Gabilondo en su puesto, cuando ya enfilaba la retirada.
Sin embargo, los costes haberlos haylos, como dicen en mi tierra sobre las meigas.
Si Cs se vuelve también irrelevante en Madrid, como parece, la posibilidad de pactos se reduce solo a VOX. Ello desbarata la estrategia de Pablo Casado que, tras la moción de censura de los ultras (octubre del año pasado), se había propuesto poner tierra de por medio entre el PP y VOX. Jimenez Losantos, me imagino, estará contento y feliz como una lombriz.
Es por ello que Díaz Ayuso cada vez se parece más a Esperanza Aguirre: Va por libre. Lo demostró en la gestión del Coronavirus y lo vuelve a evidenciar ahora, convocando elecciones anticipadas. Veremos si al final se celebran.
Podríamos hablar de más cuestiones. Pero creo que basta por hoy. Habrá que seguir los acontecimientos muy de cerca.
¿Tú qué opinas? ¿Cómo quedan Cs, PP y PSOE tras los movimientos de ayer?
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No son malabarismos políticos, sino ….. ¡oportunismo político!
Hola! Sí, el oportunismo, desde luego, forma parte de la actividad política. Lo que sucede es que en el blog nos dedicamos al análisis político. Aunque corran tiempos difíciles para ello. Y, por este motivo, conviene no quedarse en el adjetivo «oportunismo» (que me parece más que correcto, repito) y se hace necesario analizarlo, descomponerlo. Y a mí, en esa labor, me parece clave analizar a Ciudadanos como una formación que está pasando por dos situaciones muy difíciles: pérdida de importancia en el arco ideológico de la derecha y resultados electorales en Cataluña. Tamnbién en el PP, tal y como analizo en la entrada del blog. Quizá puedas aportar algo más en este sentido… En todo caso, te agradezco mucho tu participación en el blog y ojalá te quedes por aquí mucho tiempo. ¡Un saludo»
C’s me recuerda a la FDP en Alemania que siempre ha sido el fiel de la balanza en el parlamento, el 5% que necesitaba uno u otro bando para formar mayoría. Llegó el tiempo del oportunismo, corrían los ’80 y la FDP cambio de bando, dejó y quitó la mayoria en el Bundestag a helmut Schmidt de los socialista, presentó moción de censura y nadie se le olvida ese apretón de manos más frío pero prusiano-correcto de Schmidt con Helmut Kohl y depues de W. Brandt. Para los liberales (como aqui C’s, no?) desde entonces se les conoce como los patinadores artísticos, hoy (pierna) izquierda, manyana (pierna) derecha ….. moraleja de la historía? El perfil de la FDP comenzó aquí a difuminarse, y 25 anyos más tarde ha desparecido del mapa parlamentario, se cayó del Bundestag y no ha vuelto a pisarlo y se cayó de la mayoría de los Länderparlamente al no llegar ni al 5% y hoy mismo en las regioanels probablemente ni vuelva a entrar ni en BW ni en Renania-Palatinado …… espero igual para los «liberales» de C#s !!!!
Muy probablemente le suceda algo parecido a Cs. En los próximos días publicaré un análisis de Cs. A ver qué te parece… Un saludo
Lo mejor que puede hacer C’s es marcarse un «Mark Rutte», siempre ahí, pero siempre de perfil, nadie sabe lo que piensa realmente, nunca se posiciona 100%, a no ser que sea baza segura, como pedir rendición de cuentas a los países sureños, o ir a anticipadas cuando es el favorito con creces. Para Arrimadas demasiado tarde, pero un T. Cantó sería el perfecto Mark Rutte español.
Addendum: Su gran baza: Si algo sale mal y fuera atribuible a él, siempre tiene a un otro o dos cabezas de turco que puede sacrificar ….. y todo «legítimamente» resuelto de cara al electorado («¿qué más queréis?»). Elecciones hoy durante 4 días que ganará de nuevo de carrera!!!