Por Antón R. Castromil / Correo electrónico / @Twitter
¿Cómo es posible que podamos identificar algunas características básicas de la sociedad española, alemana, mexicana o colombiana a lo largo del tiempo? ¿Cómo puede ser que las sociedades conserven una serie de características básicas más allá de la vida de los individuos? O, lo que es lo mismo, ¿mediante qué procesos estas sociedades van «fabricando» nuevos indiviudos en los valores y normas de comportamiento aceptadas. La clave está en los procesos de socialización.
Estos procesos de socialización aseguran una cierta continuidad a las comunidades. Explican una cierta pervivencia a los principales rasgos distintivos de las diferentes sociedades. De este modo, aunque la sociedad española, francesa, alemana o mexicana vaya cambiando (a veces de forma más lenta, otras de manera más acelerada) siempre podemos distinguirla como tal, y diferenciarla de otras sociedades.
Esto se consigue porque las sociedades perviven más allá de los individuos que las componen. O, dicho de otra forma, las sociedades van reponiendo sucesivamente individuos socializados en un conjunto de valores, expectativas, normas de comportamientos, visiones de la vida…
Este es el proceso de reproducción social o de socialización de los individuos.
En el vídeo que presentamos a continuación se habla de la socialización primaria y su principal agente, la familia. Pero también de la secundaria y sus múltiples agentes: la escuela, los grupos de amigos y los medios de comunicación.
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