La crisis del Coronavirus está suponiendo un reto de gran magnitud para el recién estrenado gobierno de coalición en España. Seguro que no se esperaban esta crisis sanitaria ni de lejos. Vamos a examinar su gestión, para algunos, muy deficiente e improvisada. El Gobierno va a remolque de los acontecimientos, leo en la prensa conservadora. ¿Es esto así? Te doy mi opinión…
Vamos a intentar colocar en su verdadera dimensión los acontecimientos que estamos viviendo. El Gobierno socialista de Pedro Sánchez -en coalición con Unidas Podemos- está teniendo que afrontar la crisis sanitaria más importante de la historia reciente de España. Y del mundo, ya que los países de nuestro alrededor están en las mismas.
Prueba de ello es la declaración del Estado de Alarma, un mecanismo que posibilita al Gobierno para la restricción de ciertos derechos ciudadanos, como es el caso de la movilidad. Se decretó en su momento (14 de marzo) con el objetivo de que la gente se quedase en sus casas evitando así la propagación del virus.
Tal período de Alarma, como es preceptivo, ha sido ratificado por el Congreso de los Diputados y aumentado más allá de los 15 días que, por decreto, puede instaurar el Gobierno.
Sólo durante el mandato del también socialista José Luis Rodríguez Zapatero, se declaró tal Estado de Alarma (diciembre 2010). En aquella ocasión, casi ni nos enteramos, ya que tuvo como objetivo evitar el daño económico que una huelga de controladores aéreos estaba a punto de ocasionar.
Es decir, la situación que está teniendo que afrontar el presidente Sánchez es, quizá, la más grave que ha tenido que afrontar jamás un presidente del Gobierno desde la restauración de la democracia en 1977.
Esto no quieta, por supuesto, que el Gobierno esté gestionando la crisis bien, mal o regular. Simplemente quiero destacar el reto mayúsculo que está teniendo que afrontar. Lo mismo le está sucediendo a Macron en Francia, Merkel en Alemania o Trump en Estados Unidos.
Vamos a examinar las opiniones sobre la gestión del equipo de Pedro Sánchez. Para que seas tú el que saque las conclusiones pertinentes.
El Gobierno lo está haciendo mal
Entre la ciudadanía, los medios de comunicación y la clase política se encuentran, por supuesto, aquellos que creen que el gobierno está llevando a cabo una gestión deficiente de la crisis sanitaria que vivimos. Paso revista aquí a algunos de sus argumentos
Improvisación: El Gobierno va a remolque de los acontecimientos. Tanto en la suspensión de las clases a todos los niveles del sistema educativo -primero en la Comunidad de Madrid y en ciertas zonas del País Vasco como, después, en todo el país-, en la declaración del Estado de Alarma o en el más reciente recrudecimiento de la suspensión de las actividades económicas “no esenciales”.
Falta de diálogo: La oposición del Partido Popular y la minoría vasca (el Partido Nacionalista Vasco), han acusado recientemente al Gobierno de no contar con sus opiniones a la hora, por ejemplo, de recrudecer el confinamiento de la población en sus casas.
Mala gestión sanitaria: Se acusa al Gobierno de no dotar de los medios suficientes al sistema sanitario para que pueda afrontar de manera eficiente la urgencia sanitaria. Desde mascarillas a respiradores, desde instalaciones al colapso de las UCIS o unidades de cuidados intensivos.
Falta de coordinación con las Comunidades Autónomas: Se acusa, también, al Gobierno de no pactar las medidas con ciertos territorios, como, principalmente, la Comunidad de Madrid y Cataluña; ambas gobernadas por partidos hostiles al Gobierno (el PP en Madrid y los independentistas en Cataluña). También ha habido ciertos roces con la Comunidad de Murcia (PP) o Andalucía (también gobernada por el Partido Popular)
El Gobierno está capeando el temporal más o menos bien
Improvisación: La sensación de que se improvisan medidas se justifica, desde el Gobierno y grupos afines, en la necesidad de adaptar las decisiones que se van tomando a lo que la comunidad científica, en constante diálogo con el Ejecutivo, va recomendando.
El esquema suele repetirse: primero se pone en marcha un cierto debate público (necesidad de recrudecer el confinamiento, por ejemplo), después el Gobierno se niega a asumir tal medida para, un par de días después, terminar asumiéndolas.
El Gobierno se justifica diciendo de que se trata de medias graves, ante las cuáles hay que asumir ciertos costes que deben ser medidos con calma antes de ser puestos en marcha.
Sin embargo, ante esta circunstancia, la siguiente crítica apunta, de nuevo, hacia la improvisación. En el caso del recrudecimiento del confinamiento, en la claridad de la descripción de qué es lo que significa “actividades económicas no esenciales”.
El Gobierno se defiende argumentando que la gravedad de la situación y la falta de experiencias previas dificulta mucho su labor.
Falta de diálogo: El Gobierno se justifica diciendo que se trata de medidas urgentes. Además, hay que recordar que la iniciativa en la toma de decisiones corresponde al Ejecutivo. Algunos partidos actúan como si ellos mismos formasen parte del Gobierno. Y no es así. El diálogo es siempre algo deseable, pero en ciertas ocasiones –como las que vivimos– vuelve la toma de decisiones en algo muy poco flexible y lento.
Mala gestión sanitaria: El Gobierno se ampara en la situación excepcional que vivimos. Pongamos un ejemplo. El sistema sanitario de Madrid y de otros lugares de España se encuentra colapsado, ya que no está preparado para hacer frente a un nivel de ingresos hospitalarios de esta magnitud. La respuesta, tal y como se hizo también en China, está siendo del tipo “para salir del paso”, como es la reconversión acelerada de ciertos espacios en hospitales (como Ifema, la feria de muestras en Madrid).
Falta de coordinación con las Comunidades Autónomas: Más de lo mismo. El Gobierno recibe demandas y peticiones “por todos los lados” (ciudadanía, sectores económicos, educación, oposición política, Unión Europea…) Según el Gobierno y grupos afines, algunas Comunidades como Cataluña están aprovechando la ocasión para “hacer política”, en clara referencia a la supuesta “deslealtad” del presidente catalán, Quim Torra.
Y tú ¿qué piensas?
Seguro que se me olvidan algunas de las críticas y algunas de las contestaciones del Gobierno y grupos afines. Pero creo que las esenciales están aquí.
¿Tú qué piensas? ¿Está el gobierno a la altura de las circunstancias o está metiendo la pata hasta el fondo? ¿Actúa mejor, igual o peor que otros Ejecutivos de nuestro entorno?
¡Salud y ciencia!
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