La distorsión periodística de la realidad

En teoría de agenda-setting se establece que aquellos temas que tratan los medios de comunicación terminan instalándose entre las principales preocupaciones de los ciudadanos. Es la denominada hipótesis de la transferencia. Y ello es así porque, en un mundo político-social cada vez más complejo, la necesidad de orientación de los individuos crece exponencialmente.

Esta necesidad de orientación, por añadidura, encuentra su anclaje en la certeza de que nuestras sociedades actuales se caracterizan, entre otras cosas, por una gran distancia entre lo que sucede en el ámbito político-social y la vida cotidiana de los ciudadanos. Es decir, en la mayor parte de las cuestiones de actualidad, cada uno de nosotros no disponemos de una experiencia directa. Resulta mucho más exacto hablar de realidad de segunda mano, o de realidad contada.

>> Uno de los principales autores de la teoría, McCombs, nos la presnta en el siguiente vídeo

El esquema final, por lo tanto, sería el de unos medios de comunicación seleccionando temas que trasladarán a sus audiencias. Y tales receptores, por su carencia de experiencia directa sobre ellos, y, por lo tanto, por su necesidad de orientación, confiando en esa selección temática.

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Los individuos, así, conocerán esos temas seleccionados y se irán formando una opinión sobre ellos. Por supuesto, los encuadres concretos que construyen los medios sobre esos mismos temas, también (y, sobre todo) ayudan a la formación de las opiniones de tales ciudadanos.

¿Cómo seleccionan los medios?

Si el esquema de influencia mediática es el que describimos, resulta de interés preguntarnos sobre cómo se realiza esa selección de temas por parte de los medios de comunicación. No se trata de una cuestión menor, ya que de tal selección partirá, al menos en parte, la visión que del mundo político-social tendrán los ciudadanos.

Para analizar la problemática de la selección mediática de temas de debate se suele apuntar hacia tres factores: la polarización política, los intereses económicos y la socialización periodística.

Las dos primeras cuestiones no las trataremos en profundidad aquí. No quiere decir que tanto intereses políticos como económicos no influyan, y mucho, en el tratamiento de unos temas por encima de otros en la agenda de los medios. Más bien al contrario. Mi experiencia en el análisis de la prensa española y en mi labor como docente es que, tanto medios como alumnos en comunicación, tienden a dar mucha importancia a lo político y económico como poderosas influencias con las que tienen que lidiar los medios de comunicación.

Sin embargo, la ventaja de poner el acento en las dinámicas internas del periodismo en cuanto profesión, se dirige a una circunstancia un tanto inquietante, permítaseme la licencia. Es decir, cuántas veces no hemos sido conscientes que medios y periodistas de tendencias ideológicas diferentes y conglomerados empresariales distintos, coinciden en la selección de unos mismos temas. Cuestión bien distinta será el tratamiento, ciertamente diferente y, hasta cierto punto, contrapuesto, de tales temas de debate público. Pero, esos mismos temas, están presenten en medios muy diferentes.

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¿Por qué sucede esto? ¿Qué es lo que hace que el periodismo tenga estos puntos en común? En tono jocoso en mis clases de la Universidad Complutense, cuando tratamos esta cuestión, siempre comentamos que sería bueno hacerle una autopsia a un periodista. Para comprobar si existe alguna explicación fisiológica que los vuelva tan similares a unos de otros.

Ocurrencias aparte, ¿no os resulta curiosa tal coincidencia? ¿cómo es posible? La respuesta podría estar relacionada por una serie de características que, si los temas de debate las contienen, podrían aumentar sus posibilidades de cobertura.

¿Y cuáles son estos elementos que dan valor a las issues o temas de debate público que, de estar presentes, aumentan las posibilidades de tratamiento mediático?

Se suele apelar a la sorpresa, la negatividad, la tematización y la personalización, entre otras.

>> Sobre negativismo se puden consultar aquí una serie de artículos de nuestra Unidad Docente en Comunicación

Veamos estas cuatro características, aunque sea de manera breve, para entender que el periodismo, en su vertiente profesional (dejando al margen lo político y económico, insisto), tiende a la redundancia en el nivel de selección temática y, quizá también, de encuadre.

1) La sorpresa constituye uno de los principales elementos vertebradores de la denominada actualidad periodística. Pensémoslo un instante. O, mejor aún, echemos un vistazo a los principales contenidos del periódico de hoy o de los noticiarios de televisión. Lo que se sale de la norma es mucho más noticia. Lo cotidiano, lo de siempre, pasa desapercibido.

2) La negatividad puede entenderse, en este sentido, como una dimensión más de la sorpresa. Lo negativo suele encabezar los productos periodísticos, precisamente, porque se sale de la norma, de lo habitual. Y dónde no hay negativismo, la prensa suele crearlo. En mis tiempos de estudiante de periodismo en Salamanca, mis profesores de Redacción Periodística no se cansaban de repetir: una noticia negativa es más noticia.

3) Por último, la personalización señala a otro valor noticioso que los periodistas suelen buscar y demandar. No existen ideologías, sino personas que las encarnan (los felipistas frente a los guerristas en el PSOE, los errejonistas frente a los pablistas en Podemos). Las diferencias ideológicas, para el periodismo, terminan siendo mucho más una cuestión de nombres, los debates ideológicos, un careo entre los gallos (o gallinas) del corral.

Como resumen, un tema de debate público tiene más posibilidades de obtener cobertura mediática si es sorprendente, negativo y se encuentra fuertemente personalizado.

¿Creéis que es así? ¿Qué desde el punto de vista profesional al periodismo le gustan estas características en los temas de debate? ¿Señalaríais algunas otras?

Estos elementos, junto a cuestiones políticas y económicas, explican que el periodismo, termine ofreciendo a la opinión pública una imagen más o menos distorsionada de la realidad. Marcada por la sopresa, lo negativo y lo personalizado.

¡Salud y ciencia!


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