Nuestra vida tras el virus

Cuanto todo esto haya pasado. Cuando volvamos a salir a la calle, a ir al trabajo o nuestro centro de estudios… ¿En qué habremos cambiado? ¿O seguiremos igual, como si nada hubiese pasado? Sigue leyendo y te cuento el mundo postcoronavirus que me imagino…

Tardará más o tardará menos. Pero llegará un día en que recobremos la normalidad. O una cierta normalidad. Me imagino una vuelta a la vida cotidiana gradual. No creo que todo vuelva a ser igual que antes así, de repente.

Me imagino que, por ejemplo, los bares y restaurantes abrirán paulatinamente. Quizá, en un primer momento, sólo las terrazas. Aprovechando que viene el buen tiempo aquí en Madrid. Después, si la cosa mejora, el interior de los restaurantes recobrará su habitual ir y venir de clientes y camareros.

Lo mismo creo que pasará con cines, teatros, estadios de fútbol… Centros de trabajo, colegios y universidades. Poco a poco.

Esta vuelta gradual a lo que éramos antes hace que nos imagine distintos. Los que hayan perdido seres queridos o su puesto de trabajo, claro que nada será igual. Lógico. Los que han logrado capear el temporal algo mejor, también experimentarán cambios.

Pero de lo que me interesa hablar aquí es de las consecuencias sociales de la salida de esta crisis sanitaria. Sociales, no tanto políticas. La política la dejo, quizá, para otro post.

Voy a proponer, por lo tanto, cuatro elementos que yo creo que van a ser diferentes tras este maldito virus. Pero son solo hipótesis. Nadie puede conocer el futuro. Y menos yo, se me da fatal. Si se te ocurre alguna otra cuestión, para eso están los comentarios a este post.

La sanidad

Creo que la crisis del Coronavirus nos va a hacer conscientes de la importancia de contar con un buen sistema sanitario. Al fin y al cabo, el sector de la salud es de los que más nos está ayudando a superar la crisis.

Ya hay indicios. Todos los días a las ocho de la tarde la gente sale a los balcones de España a aplaudir. Es la forma que a alguien (seguramente en redes sociales) se le ocurrió para homenajear a médicos, enfermeros y demás personal sanitario.

Imagen de Free-Photos libre de derechos

La reciente crisis económica se cebó con los principales servicios del estado del bienestar. Los recortes, ya sabes. La Sanidad, entre ellos.

Quizá todo esto nos sirva para valorar un buen servicio público de salud.

Nuestros mayores

El colectivo de las personas mayores está siendo el más castigado por el Coronavirus. La mayor parte de los fallecidos son ancianos o, cuanto menos, gente de más de 65 años.

Quizá todo esto nos sirva para proteger más a nuestros mayores. Al fin y al cabo, estamos aquí gracias a ellos.

Las nuevas tecnologías

Aunque cada vez más gente utiliza Internet y sus diversos artefactos (como redes sociales o plataformas de streaming, por ejemplo), esta crisis nos ha empujado, creo yo, a profundizar en la digitalización de la sociedad. En dos ámbitos.

En primer lugar, en el mundo del trabajo. El Coronavirus nos ha obligado a trabajar a distancia. Algunas empresas ya lo hacían, pero otras muchas no. Quizá a partir de ahora lo sigan utilizando.

En segundo lugar, entre la gente más mayor. En mi familia ha pasado. Mi tía y mi madre se han puesto las pilas y se han dado cuenta de las posibilidades que les ofrece Internet y los teléfonos inteligentes. Videollamadas, pagos on line, reenvío de memes cuidando de que no sean fake news… Algo positivo que se llevan.

Un mundo global

Hay que tener en cuenta el origen de la pandemia: China. Creo que nos haremos un poco más conscientes de la interconexión del mundo en el que vivimos. Tened en cuenta que todo este trauma y confinamiento que estamos pasando tiene su origen en un país situado a casi 9.000 kilómetros de distancia de España.

Lo que sucede en otros puntos del planeta nos afecta. ¡Vaya si nos afecta! Debemos ser conscientes de ello.

¿Qué te parecen mis cuatro pequeñas reflexiones? ¿Añadirías alguna más?

¡Salud y ciencia!


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