La construcción del significante «pueblo»

Si unimos dos de las cuestiones que ahora mismo más me interesan -el populismo y el proceso de enmarcado o framing– y las removemos metiéndolas en una coctelera, obtenemos un delicioso combinado altamente embriagador: la construcción del significante “pueblo”. ¿Os animáis a probarlo?

La política populista, sobre la que ayer mismo publicaba un artículo en eldiario.es, tiene como objetivo principal ofrecer una determinada noción de pueblo. El objetivo será ponerla en circulación y ganar adeptos.

Se trata de construir una identidad que atrape al receptor construyendo lo que Hunt, Benford y Snow (2006) han denominado “campos de identidad”. Estos campos resultan de utilidad para estudiar el populismo y su construcción del significante “pueblo”.

Los protagonistas

Los individuos y colectividades caracterizados como protagonistas lo son porque simpatizan con los valores, creencias y metas del movimiento populista. Conforman los rasgos más positivos del movimiento.

Aquí podemos hablar de “la gente normal”, los “de abajo”, la “gente”. Son típicos campos de identidad de protagonistas construidos por los movimientos populistas progresistas. En los reaccionarios o conservadores la cosa pivotaría en los “nacionales”. Esto es, los españoles, mexicanos, norteamericanos, franceses… o la nacionalidad que sea.

El proceso de construcción de marcos toma estos protagonistas y construye un diagnóstico. La “gente corriente” masacrada, explotada. Los “españoles” dejados de la mano de dios. Estos  marcos delimitan quiénes son el pueblo y quiénes no.

Los antagonistas

El campo de identidad de los antagonistas se relaciona con los protagonistas. Supone la otra cara de una misma moneda. Lo forman todos aquellos colectivos que ayudan a entender quiénes son los protagonistas. Pero lo hacen por la vía de mostrarse opuestos a ellos.

Darth Vader, el antagonista por excelencia. Imagen de Voltordu libre de derechos

La “gente normal” o los de “abajo” se oponen a los de “arriba”, los “poderosos”. Los populismos progresistas suelen hablar también, al menos en el caso de Podemos en España, de los “bancos”, los dueños del “IBEX 35” o la “vieja política”.

En el populismo reaccionario, en cambio, el pueblo se ve amenazado por los “inmigrantes” egoístas e invasores que se dedican maliciosamente a aprovecharse del buen trabajador, robándole los servicios públicos. Amenazan también su cohesión de grupo introduciendo otras costumbres y religiones.

En los procesos de la construcción del marco “pueblo”, tanto en su versión progre como retro, los antagonistas, como se puede ver, juegan un papel muy destacado. Es una relación de oposición muy necesaria en todo proceso de framing.

Los ya citados Hunt, Benford y Snow añaden dos campos de identidad adicionales: audiencias y personas ajenas. No vamos a tratarlos aquí. Suficiente será con decir que de estos dos colectivos depende la extensión del marco creado. En este caso, de la noción de “pueblo” que se quiera poner en circulación.

En resumen…

Estas estrategias de creación de campos de identidad están muy presentes en los procesos de enmarcado. No sólo en el caso del “pueblo” que hemos tratado aquí, sino que son también válidas para estudiar el tratamiento político, social y mediático de cualquier otro tema de debate.

¿A que el framing resulta una herramienta muy útil para analizar la construcción de la opinión pública?

Referencias

– Hunt, S.; Benford, R. y Snow, D. (2006): “Marcos de acción colectiva y campos de identidad en la construcción social de los movimientos” en Chihu, A. (coord.): El análisis de los marcos en la sociología de los movimientos sociales. México. UAM.

NOTA: Imagen de portada de vait_mcright libre de derechos

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