Peter Mair y el lío del PP

Uno de los politólogos que más utilizo para explicar a mis alumnos las dinámicas internas de los partidos políticos es el irlandés Peter Mair. Lo sucedido estos días en el Partido Popular demuestra que la teoría política sirve, y mucho, para explicar el día a día de la actividad partidista. Veámoslo.

Muchos están siendo los análisis, opiniones e informaciones que intentan hacernos entender el lío que se ha formado en el Partido Popular. Desde ópticas progresistas y conservadoras. A estas alturas seguro que ya estaréis familiarizados con el culebrón Casado-Ayuso. O espías-corrupción. Presuntos ambos, veremos en que queda la cosa. Una vez más, los jueces tienen la última palabra.

Pero la cosa podría resumirse en una lucha entre la organización central del partido (Pablo Casado) y una líder de una importante Comunidad Autónoma como es la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Peter Mair (1951-2011) descompone los partidos en tres partes. A saber: la organización central, el partido en las instituciones y el partido de los afiliados. Esta metodología permite entender mejor algunas de las dinámicas internas de las formaciones partidistas. Como la de estos días en el principal partido conservador español.

Pero la división entre organización central, partido en las instituciones y afiliados sirve también para observar con ojos renovados la evolución de los partidos modernos desde las dinámicas “atrapalotodo” (catch all, en inglés) y los actuales partidos “cartel”.

Para saber más sobre partidos:

>>> Partido de cuadros, masas y catch all

>>> Partido cartel

La clave está en entender la importancia creciente que ha ido tomando en los últimos tiempos el partido en las instituciones (carterización de los partidos). Lo que da poder a un representante es la pertenencia a una institución política, como el gobierno central, autonómico, un ayuntamiento…

Vamos a considerar a Pablo Casado (y su dimitido número dos Teodoro García Egea) la organización central del partido y a Isabel Díaz Ayuso una insigne representante del partido en las instituciones.

En el Partido Popular, el partido de los afiliados es mucho menos importante que en otras formaciones políticas. Como las de izquierda, véase una explicación en el caso de los partidos de masas. La prueba está en que en el próximo congreso extraordinario no es probable que estos afiliados tengan un papel relevante. En el PP se sustituye la votación por la aclamación. Véase una explicación, esta vez, acudiendo al concepto de partido de cuadros.

Desde los barones territoriales (especialmente los que ocupan cargos de gobierno, es decir, otra vez hay que hablar del partido en las instituciones) se ha decidido ya todo: Alberto Núñez Feijó será el nuevo líder supremo (organización central). No es un dedazo de un líder que lo deja (como fue el caso de Manuel Fraga o José María Aznar), sino una imposición del partido en las instituciones a la organización central debido a la caída en desgracia de Pablo Casado.

Imagen de Robin Higgins libre de derechos

Por lo tanto, podemos entender el lío del PP como una lucha entre la organización central y el partido en las instituciones. De hecho, una de las grandes bazas de Ayuso y los suyos a la hora de atacar a Casado ha sido su nula experiencia en labores de gobierno. Es decir, su exclusión de la condición de miembro del partido en las instituciones.

Lo que nos dice Peter Mair -y parece relevante en el caso de las luchas internas del PP- es que en la actualidad la parte más importante en un partido es el partido en las instituciones. De que un partido ocupe labores de gobierno (en el ámbito que sea) depende su salud financiera, la disponibilidad de profesionales de las relaciones públicas, la existencia de un departamento democópico, etc. Su profesionalización, vamos.

Las subvenciones públicas, es decir, la sabia que alimenta el árbol, dependen; cada vez más, de que el partido ocupe poder. De ahí la posición de fortaleza de Ayuso y la derrota final de Casado.

Los barones han hecho el resto. Y los barones lo son justamente porque pertenecen, una vez más, al partido en las instituciones. Se han puesto del lado de Ayuso, es decir, del lado de sí mismos: del partido en las instituciones. Para doblegar a la organización central y hacer valer así su poder.

Solo una organización central que pertenezca también al partido en las instituciones (un secretario general presidente también del gobierno) parece disponer del suficiente poder como para mantenerse en el cargo y disciplinar a las otras partes del partido.

Pero esta condición no la cumple Pablo Casado y por ello ha perdido la batalla. Parece que solo Miguel Ángel Rodríguez ha leído a Peter Mair.

¡Salud y ciencia!

Bibliografía sobre Peter Mair:

>>> Mair, P. (2015): Gobernando el vacío. La banalización de la democracia occidental. Madrid. Alianza.

>>> Mair, P. y Katz, R. (2007): “La supremacía del partido en las instituciones públicas: El cambio organizativo de los partidos en las democracias contemporáneas” en Montero, J. R.; Gunther, R. y Linz, J. J. (eds): Partidos políticos. Viejos conceptos y nuevos retos. Madrid. Trotta.

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Imagen de portada de Ryan McGuire libre de derechos

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