El pasado 29 de noviembre publiqué en eldiario.es un artículo de opinión sobre las debilidades que yo veía en el partido de moda en la política española: VOX. En la entrada de hoy vamos a añadir algunos argumentos extra que, en el artículo publicado en prensa, por su extensión limitada, no pude tener en cuenta. Y es que el partido de ultraderecha da para mucho…
En primer lugar, y para que tengáis una perspectiva completa sobre las cuestiones que suelo manejar a la hora de analizar el recorrido de VOX, os dejo el enlace al artículo original publicado en el diario de Ignacio Escolar.
De todas maneras, os resumo mis argumentos, que son muy sencillos. Los excelentes resultados electorales cosechados por la formación ultra en las pasadas elecciones de noviembre se podrían deber, al menos, a los siguientes factores:
– La irrupción del “tema Cataluña” en plena campaña. El fallo del Tribunal Supremo español (14/10/2019) condenando a los principales cabecillas del movimiento independentista de 2017 introduce en una campaña muy huérfana de temas una cuestión que favorece mucho a VOX.
– La exhumación del dictador Francisco Franco (24/10/2019) añade una nueva discusión, un tanto estéril, sobre la conveniencia o no de remover el pasado (o su encuadre antagónico: reparar una injusticia histórica).
– Por último, la propia repetición electoral podría haber favorecido también a los de Santiago Abascal. Mucha gente cansada con tanta elección podría haberse ido al caladero de VOX.
En resumen, la composición temática de la campaña electoral (Cataluña, Franco y repetición) podrían haber funcionado como una especie de “alineamiento de astros” favorables para que VOX recibiese el amplio apoyo que terminó recibiendo.
El artículo finalizaba con el vaticinio –sí, me mojé hablando de futuro en algo tan pantanoso como la turbo política nacional– de que, si se deshacen estos condicionamientos temáticos, es probable que el electorado “prestado” de estas elecciones termine por abandonarles.
El debate con VOX
Hasta aquí el resumen de lo ya publicado. Incluyo ahora una cuestión más que tuve que dejar en el tintero por cuestiones de espacio. Y que yo creo que ya está sucediendo…
El hecho de que VOX haga conseguido la barbaridad de algo más de tres millones y medio de votos y 52 escaños en el Congreso de los Diputados (cuando en abril tenía 24) lo cambia todo.
No se trata ya que un partido excéntrico, minoritario y radical al que conviene mucho más ignorar que dar bola. No. VOX, al menos en estas elecciones, se ha convertido en un partido influyente.
Por este motivo, creo yo, lo que VOX haga en la legislatura, cada uno de sus movimientos y posiciones, va a ser analizado con lupa. Y, por supuesto, VOX cuenta con grandes apoyos (votantes, pero también medios de comunicación y ciertos movimientos sociales) pero también con grandes enemigos.
Estoy seguro que en las redacciones de ciertos medios de comunicación de corte progresista están ya preparando la estrategia frente a los ultras.
Dedicando a uno o varios periodistas a su seguimiento y aumentando la cobertura sobre lo que en el partido de ultraderecha sucede.
Pero, además y sobre todo, yo creo que la sociedad civil va a entrar a debatir las diferentes posturas que VOX tiene sobre importantes temas de debate público.
De hecho, ya está sucediendo a raíz de la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre) o la Cumbre del Clima 2019 celebrada en Madrid.
Los diferentes grupos de integran la sociedad española afectados por los planteamientos de VOX tienen por delante la tarea del contrargumento. Y, sobre todo, de la lucha por el favor de la opinión pública.
Si el votante de VOX ha sido, mayoritariamente, un votante enfadado por la crisis en Cataluña no se trata, necesariamente, de personas que compartan la visión ultraderechista de la inmigración, la igualdad de género, la memoria histórica o el medio ambiente.
Yo creo que los colectivos sensibilizados sobre estos temas tienen el gran reto de enfrentarse de cara a VOX. Presentar réplica, convencer a la sociedad que el mensaje de la ultraderecha es dañino para la igualdad de género, la defensa del medio ambiente y la reconciliación con el pasado, por no hablar de la inmigración.
Muchas personas, votantes de VOX en estas elecciones, podrían reaccionar con horror a las posturas de los ultras. Temer al monstruo que han creado.
En definitiva, creo que asistiremos a una legislatura -siempre que eche a andar de una vez, claro está- apasionante en lo referente al debate público. Que, pienso yo, va a pivotar sobre el contrargumento a VOX.
¡Salud y ciencia!
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