Las estrategias comunicativas en la campaña

La semana pasada se celebró un debate electoral en la televisión pública madrileña entre los seis candidatos a presidir la Comunidad. El post de esta semana analiza las estrategias y temas de debate que allí se pusieron en marcha. Imprescindible para no perderse en unas elecciones muy complejas. ¡No te lo pierdas!

por Carlos Pablos Romero (correo-e / LinkedIn)

La campaña y precampaña de las elecciones madrileñas han estado caracterizadas por la personalización, la gran polarización y la espectacularización de la política. En resumidas cuentas, definida por la era de la mediatización.

La capital de la Comunidad de Madrid es la ciudad más segregada de Europa y la segunda con mayor desigualdad social. Este contexto, sumado al estilo trumpista de Ayuso, al discurso del odio de Vox y a la habilidad de Pablo Iglesias de ser el centro del debate, también ha favorecido que estas elecciones sean especialmente polarizadas.

Debido a que sólo se ha celebrado un debate electoral en el que los seis candidatos participaran (21 de abril, debate íntegro aquí) y a que seguramente todos estemos hartos de escándalo tras escándalo en estas elecciones autonómicas, se va a tratar de analizar el estilo comunicativo de los diferentes líderes en el debate electoral. De esta forma, se pretenden conocer las diferentes estrategias comunicativas y saber más sobre la estrategia de campaña utilizada por cada partido.

El debate de Telemadrid celebrado el 21 de abril. Imagen de eldiario.es bajo licencia CC

El gobierno en libertad de Isabel Díaz Ayuso

La presidenta de la Comunidad parece que va a incrementar su ventaja electoral con respecto a las elecciones celebradas hace dos años, como indican todas las encuestas. Isabel Díaz Ayuso fue el centro de la mayoría de los ataques, sobre todo de la izquierda, que fue en bloque a por la “Dama de Hierro de Madrid”. Lejos de adoptar una estrategia defensiva, común cuando las encuestas dan al candidato como vencedor (y más si se trata de una reelección), Ayuso continuó con su estrategia de atacar al Gobierno central, situando a éste como el rival a batir.

Fue común ver a la presidenta dirigirse a Ángel Gabilondo (PSOE) con afirmaciones como: “Su gobierno lidera el paro juvenil en Europa”. También realizó numerosas descalificaciones personales, vertidas principalmente sobre Pablo Iglesias (Unidas Podemos), al que llamó mezquino y acusó de dar vergüenza ajena.

Pese a su tono en algunas ocasiones poco presidenciable y su estilo poco propositivo, se trató de posicionarse como la futura presidenta  y sacó pecho de su gestión de la COVID y de la economía madrileña. Dejando claro que esta “bonanza” no era fruto de su gobierno en coalición, sino de “los dieciséis años de políticas liberales”, dejando de nuevo clara su postura de “gobernar en libertad”, posibilidad que toda encuesta desestima.

Gabilondo en busca del electorado de Ciudadanos

Ángel Gabilondo es el candidato que obtuvo más votos en las elecciones autonómicas de 2019. Pese a estos resultados, no fue capaz de formar gobierno y, por tanto, en estos dos años ha sido el líder de la oposición.

El candidato del PSOE mostró un estilo académico, acompañando sus propuestas de lo que él definió como “un diagnóstico”, la zona descriptiva del discurso propuesta por Eliseo Verón.

Seguramente su intervención más mediática fue la siguiente: “Mónica García, creo que podemos gobernar. Y me dirijo también a Unidas Podemos: confío contar con el apoyo de UP para frenar, cerrar el paso al Gobierno de Colón”, Como se puede inferir, analizando la frase detenidamente y como matizó en la entrevista concedida después del debate, no pretende contar con Pablo Iglesias en el gobierno, sino con la abstención de la formación morada.

El PSOE, consciente de que los otros dos partidos progresistas se encuentran situados más a la izquierda y ante el posible debacle de Ciudadanos, parece que trataron de persuadir a este electorado con apelaciones claras a sus votantes: “Me dirijo a los votantes de Ciudadanos que quieren otra cosa, que quieren un gobierno serio y limpio”.

La médica Mónica García

La líder de Más Madrid, consciente de la importancia de la cercanía y la personalización en la comunicación política, trató de posicionarse como médica y madre antes que como política. Esta estrategia, cada vez más frecuente, también fue utilizada por Ángel Gabilondo: “un profesor que se ha dedicado a enseñar”; y por Edmundo Bal: “un servidor público que ha trabajado como abogado del estado”.

Imagen de Fernando Zhiminaicela libre de derechos

Mónica García, consciente de su fortaleza como sanitaria ante el contexto de la COVID, recurrió constantemente a su experiencia como profesional durante la pandemia: “Yo he visto en mi hospital cuando mis pacientes se tenían que despedir por teléfono de sus familiares, cuando no teníamos camas en las UCIs y ustedes me decían que era mentira”. A través de estas continuas apelaciones a su experiencia profesional, trata de enmarcarse como la líder más capaz de hacer frente a la pandemia.

La estrategia del principio del enfoque de Monasterio

Vox, liderado en la Comunidad de Madrid por Rocío Monasterio, aplicó el principio del enfoque, que consiste en centrar el discurso en unas pocas ideas fuerza, repetidas muchas veces. Estas ideas fuerza fueron: la inseguridad en los barrios, el despilfarro político y el fin de las restricciones provocadas por la COVID.

Monasterio comenzó el debate sin gran protagonismo, pues el resto de políticos decidieron de entrada ignorar sus frases incendiarias y centrar sus ataques en Ayuso.

Como todo discurso populista y, el de Vox lo es, ha de situar un enemigo, un no pueblo que represente una amenaza para el verdadero pueblo. En este caso, el elegido como causante de la inseguridad ciudadana han sido los MENAS, un colectivo de menores de edad especialmente vulnerables que representa el 0,00004% de la población madrileña.

Ante el posible descalabro de votos de Ciudadanos, Monasterio trata de desmovilizar al electorado de la formación naranja afirmando que no obtendrán representación parlamentaria y enmarcando a Ciudadanos como un partido traidor carente de determinación: “Ya hemos visto la equidistancia, cómo nos han traicionado a todos (…) yo creo que sus votantes tendrán claro que no podrán confiar en ellos”.

El estadista Pablo Iglesias

El ex vicepresidente del Gobierno ha adoptado una postura más presidenciable a través de un tono relajado y apelando de forma continua a datos objetivos. Iglesias trató de huir del tono bronco que propiciaban Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio, que centraron gran parte de sus intervenciones en atacar personalmente al líder de Unidas Podemos. Prueba de todo lo afirmado es la intervención de Iglesias después de que Ayuso le llamara mezquino: “yo no le voy a insultar, le voy a leer un documento oficial de su gobierno”.

Este estilo quizá fue destinado a dirigirse a sus paradestinatarios, aquellos que no son sus votantes fieles, pero que tampoco detestan su figura y podrían llegar a votarle. Este electorado al que se dirigió, más cercano al centro del que acostumbra Unidas Podemos, pudo resultar creíble gracias a la experiencia de Pablo Iglesias en la gestión del Gobierno, a la que se refirió en numerosas ocasiones: “Yo he llegado a acuerdos con todas las Comunidades Autónomas menos con la suya (refiriéndose a Ayuso) porque ustedes no se preocupaban de los ciudadanos de esta comunidad, sino de hacer caer al gobierno”.

La formación morada, consciente de la gran credibilidad de Mónica García en la gestión de la COVID, centró parte de su discurso en dirigirse de forma directa a la clase obrera en dos de los momentos más mediáticos de un debate electoral: la apertura y el minuto de oro.

Edmundo Bal, el equidistante

Edmundo Bal, ante la aparente debacle electoral de Ciudadanos, plantea sólo un escenario posible, el gobierno de la derecha: “Las encuestas están diciendo que afortunadamente el pack de Gabilondo y de Iglesias no va a gobernar”. El líder en la Comunidad de Madrid de Ciudadanos, aludiendo a las encuestas electorales (algo que no se sabe hasta qué punto les conviene) plantea como única alternativa un Gobierno del PP con Vox o con Ciudadanos.

Ante esta dicotomía, trata de exaltar los valores democráticos del partido, su experiencia de gestión en el Gobierno de la Comunidad de Madrid e intenta diferenciarse de la política del odio propuesta por Vox a través de una postura equidistante, que huye de los enfrentamientos y que exalta los del adversario político, por medio de un estilo propositivo: “Yo les propongo llegar a un gobierno, a un pacto de estado para la vacunación, pero ustedes querrán seguir insultándose”.

El debate electoral, el acto menos bronco de la campaña

Pese a tratarse de un debate en el que hubo numerosos ataques, también se pudo observar un discurso propositivo por parte de los diferentes candidatos.  El bloque de izquierdas se mostró muy colaborativo entre sí y dispuesto a monopolizar el debate en debilitar la figura de Isabel Díaz Ayuso.

Por su parte, el Partido Popular mostró su intención de gobernar en solitario y Ciudadanos y Vox lucharon por presentarse ante la ciudadanía como el aliado más atractivo para Isabel Díaz Ayuso.


Hasta aquí el análisis del debate electoral de Carlos Pablos Romero. Como se puede comprobar, el autor escribe antes del debate frustrado en la Cadena SER, mucho más bronco. Y después también del envío de varias cartas amenazantes a políticos madrileños. ¡Ya véis cómo anda de revuelto el panorama electoral en Madrid!

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