Madrid ha votado

Madrid ha votado. La presidenta en funciones, Isabel Díaz Ayuso ha obtenido una clara victoria. Pero los comicios han dado para mucho. Sigue leyendo y te contamos los elementos más importantes: debacle de Ciudadanos, desatre del PSOE; dimisión de Pablo Iglesias y resultados agridulces tanto de Más Madrid como de VOX. ¡Arrancamos!

Durante las últimas semanas este blog ha contado con la colaboración de una serie de estudiantes del Máster en Estudios Avanzados en Comunicación Política de la Universidad Complutense de Madrid. Todos han puesto su granito de arena y su perspectiva en el análisis de lo que iba sucediendo en Madrid.

Muchas gracias a Alba Sánchez y su artículo sobre la figura de la gran vencedora de las elecciones, Isabel Díaz Ayuso. Álvaro Fernández-Huidobro, por su parte, se fijaba en las probabilidades de Ciudadanos de sobrevivir y David Pérez Tichell se centró en una de las grandes figuras de las elecciones: Pablo Iglesias.

Ya en la recta final, Begoña Jiménez Torrens y Raúl Muñoz García destriparon las claves para entender la campaña electoral, Nicolás Muñoz trataba una de las cuestiones más destacadas de las elecciones: la polarización y el seguimiento lo cerraba Carlos Pablos Romero analizando el debate electoral celebrado en Telemadrid.

A todos ellos, MUCHÍSIMAS GRACIAS. Estoy seguro que a todos ellos (y demás alumnos del Máster) les espera un prometedor futuro en el campo del análisis político, la comunicación política y/o el periodismo político.

Para cerrar esta serie de entradas sobre las elecciones madrileñas vamos a analizar cómo queda cada una de las formaciones que se presentaron. He tenido que dejar pasar unos cuantos días (las elecciones fueron el martes 4 de mayo) para interiorizar lo vivido. Que no ha sido poco… ¡Al lío!

Ayuso, vencedora sin matices; Ciudadanos al “hoyo” y el PSOE casi casi

Tal y como tratamos con detalle en otra entrada, Isabel Díaz Ayuso convocó por sorpresa elecciones anticipadas. Se trataba, por lo tanto, de una apuesta fuerte. Y no cabe duda de que la presidente madrileña ganó el envite.

Su estrategia arruinó la carrera política de su vicepresidente, Ignacio Aguado, y de su propia formación, Ciudadanos. El sustituto de Aguado, Edmundo Bal, no fue capaz de alcanzar el 5% de los votos. Ciudadanos queda fuera de la Asamblea. ¡Uno menos!, habrá pensado la presidentea madrileña.

Isabel Diaz Ayuso, junto a Pablo Casado, celebrando la victoria. Imagen de eldiario.es bajo licencia CC

Ayuso elimina a Ciudadanos y consigue, con casi total probabilidad, vía libre para un gobierno en solitario, ya que solo necesita la abstención de VOX para ser investida.

Además, la convocatoria de elecciones cogió desprevenida a casi toda la oposición de izquierdas. Sobre todo, al PSOE. Su candidato, el “soso” Ángel Gabilondo, que había enfilado ya la puerta de salida, se vio con la obligación de presentarse a las elecciones.

La polarización parece haberse comido a su figura: moderada, seria y aburrida. El PSOE obtuvo su peor resultado de la historia. Pasa de ser el partido más votado en 2019 a ser superado, incluso, por Más Madrid como principal partido de la oposición.

Parece posible que el PP no solo se haya quedado con los votos de Ciudadanos sino, también, con parte de los del PSOE. Si esto es así, se podría haber producido la ironía de que la moderación del candidato socialista habría favorecido el traspaso de sus votantes moderados al PP. Habrá que confirmar esta circunstancia cuando dispongamos de datos postelectorales.

Las aguas en el partido socialista de Madrid, como parece lógico, andan revueltas. Al propio candidato le ha dado una arritmia cardíaca, supongo que del disgusto. Desde aquí deseamos su pronta mejora. Veremos si sigue en su cargo o el PSM lleva a cabo una renovación profunda.

La otra vencedora, Mónica García; Pablo Iglesias se va

Mucho se habló en las elecciones generales de 2016 del sorpasso de Podemos al PSOE. De la sustitución de los socialistas por los podemitas como principal partido en la izquierda española. Nunca sucedió, aunque anduvo cerca.

En Madrid sí ha pasado. No tanto protagonizado por Podemos, sino por una de sus escisiones, Más Madrid. La formación de Íñigo Errejón, Manuela Carmena y una reforzada Mónica García tendrá la difícil pero privilegiada labor de encabezar la oposición a un Partido Popular que vive montado en una nube.

Otro de los grandes titulares de la noche electoral del pasado 4 de mayo es el abandono de Pablo Iglesias. A pesar de que su formación, Podemos, haba aumentado ligeramente representación salvando con holgura el temido umbral del 5% de los votos.

Buena parte de la polarización de la campaña podría proceder tanto de Iglesias como de la derecha, especialmente de un VOX bastante temeroso de perder protagonismo, eclipsados por la alargada sombra de Isabel Díaz Ayuso.

Iglesias argumentó su decisión reconociendo que su figura genera división. Polarización. No hay más que repasar el fallido debate electoral en la Cadena Ser para comprobarlo.

Momento en el que Pablo Iglesias anuncia su retirada de la política. Imagen de eldiario.es bajo licencia CC

Con Iglesias se va el último representante de la “nueva política”, después de que Abert Rivera hiciera lo propio en noviembre de 2019. En otra entrada analizaremos el auge y decadencia de su figura. Aquí, simplemente, señalar que la arrolladora victoria de Ayuso no solo se ha llevado a todo un partido por delante (Ciudadanos, como hemos visto) sino también a uno de los políticos españoles más importantes de los últimos años.

Los próximos dos años

Una particularidad importante de las elecciones del pasado martes se encuentra en la circunstancia de que la legislatura será solo de dos años, en vez de los cuatro habituales. Por lo tanto, el mandato de Ayuso es más corto.

¿Qué puede pasar durante estos dos años? En primer lugar, que Ayuso siga gobernando en clave nacional. Es decir, protagonizando la principal oposición al gobierno central PSOE-Podemos. Aun a costa de eclipsar a su propio líder, Pablo Casado, qué, por encima de alabanzas y sonrisas en el balcón de la pronto clausurada sede del PP en la calle Génova de Madrid, debe de tener algo de miedito en el cuerpo.

Pero, por otro lado, la propia presidenta madrileña reconoció algo importante en medio de la borrachera de éxito de la celebración electoral. Que parte de sus votos podrías ser “prestados”. Es decir, de electores que en circunstancias normales no la hubiesen votado.

Es probable que este aumento de apoyos hacia el PP de sectores tradicionalmente hostiles proceda de su gestión del Coronavirus. Ayuso se ha caracterizado por un apoyo férreo a ciertos sectores de la economía (el más claro es el de la hostelería madrileña). Su estrategia fue, durante meses, la de la pataleta ante las restricciones del gobierno central y otras comunidades autónomas.

La clave estará, creo yo, en cómo actuará la Comunidad de Madrid a partir de este próximo domingo 9 de mayo, cuando finaliza el estado de alarma que llevaba activo meses haciendo posibles los toques de queda. ¿Seguirá con su política permisiva para reflotar la economía aún a costa de un mayor número de contagios? ¿Optará por restringir ciertas libertades de circulación si la COVID-19 se desboca? Permaneceremos atentos.

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